Tragó el humo de kafl y exhaló un suspiro.

Hubo un tiempo en el que mi comprensión sobre los hechizos se había visto tan sesgada, que a duras penas era capaz de valorar el trabajo y el esfuerzo de la persona en desarrollar una fórmula, un conjuro.
La magia rúnica, la Magia con mayúsculas, el arte más extendido en occidente y el que es predicado por los fieles y devotos del Señor, es infinitamente más complicada de lo que aquellos que nos llaman paganos puedan llegar a comprender. Se aleja, sin lugar a dudas, de las creencias espirituales de los orlanthis que tuviera en mis tierras, aunque no solo los de las mías lo comparten, en realidad, todas.
A diferencia de la hechicería, la magia espiritual es completamente diferente, un método poco ortodoxo y convencional de aquirir poder. Muchos parecen obviar o negar que los espíritus también usan magia y conjuros de la misma forma que una servidora pueda aprender y desarrollar los suyos. De igual manera, también se pueden enseñar. Aun así, es algo más complejo de lo que parece y prefiero no profundizar en esos derroteros.
Roja Rajshan me instó a vislumbrar la verdadera obra, no sólo poniendo el conocimiento a disposición de su alumna, sino guiándola hasta que llegó a comprender lo siguiente: la base es un elemento, siempre, un conjuro no puede serlo si no parte de uno de los cinco elementos principales, seis si queréis unir a Luz dentro del pentagrama real. Luego aparecen todas las runas que son capaces de modificar y alterar el elemento primordial, como si fuera un lenguaje amplio y extenso nacido de familia occidental, y sus lenguas derivadas y dialectos como el carmaniano, el loskálmico, raliano y vadelino las variables. Un ejemplo sería la palabra indeterminado, participio con una raíz fija que, al haberle añadido el prefijo “in”, su valor cambia, se modifica, a pesar de tener un significado base.
Si un elemento forma parte de la familia de los elementos, para modificarlo debemos escoger otra runa de otra familia, como por ejemplo, Formas. Como bien dije anteriormente se puede moldear los conjuros si uno es capaz de encontrar y aprender la runa en cuestión que lo haga. ¿Creéis que es tan sencillo como aprender y acercaros a un elemento? Cuando yo aprendí Fuego y Luz jamás me visualicé haciendo arder a una criatura, ni mucho menos materializando una bola de fuego y energía pura sobre el cabezal de mi báculo. Fueron años, años y años de estudio y experiencia para aprender runas trascendentales, algunas transmitidas por conocimientos cercanos de mis allegados, otras por manuscritos y libros, y otras como recompensa a mis investigaciones más encarnizadas y profundas, de las cuales a día de hoy no me he librado. Así que dejad que sea una servidora la que destruya con un poco de razón el castillo de naipes que os habíais montado sobre una base precaria de fundamentos, pensando que al coger un manuscrito con una fórmula estampada para representar un conjuro tenéis la capacidad de construir otro, y nada más lejos de la realidad, entender cómo está hecho.
Sí. Hay diferentes clases de runas, variadas, magníficas, ocultas. Todas son sus misterios, los misterios de Él. ¿Queréis saber un poco más de ellas? Tratad de conocer un poco más a Dios. Muchos de vosotros estáis muy cerca pero os negáis a hacerlo. Lo cierto es que a diferencia de lo que otros puedan defender a capa y espada, Dios se presenta en muchas facetas en Glorantha, y muchas de ellas son más cercanas de lo que uno pueda pensar. Para intentar ver y experimentar una de ellas sólo hace falta acercaros, sed inquisitivo, sed curioso, sed fiel… Incluso santo Orlanth tiene mucho que decir al respecto. Sí, no me miréis así. Que los elementos, las formas y moldeados, los nombres, condiciones y poderes no recaen solamente en la idea de Dios como tal, sino en todas sus expresiones y facetas.
No. No voy a enseñaros hechicería. Y no, primero tenéis que acercaros a la visión de Él para arañar la verdad.