Mensajepor Rasgo » 11 Mar 2018 16:54
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El secreto del Fuego
En la Posada Numero Uno, en un lugar contrario a donde un yelmalita se deberia encontrar meditando, Zenos meditaba, en su peculiar manera, como un hombre comun se hallaba, con una jarra en la mano, y la mirada completamente perdida, absorta en la llama que veia delante, la hoguera que calentaba la estancia, recordaba que en su llegada a la Isla, esa llama fue la primera fuente de calor reconfortante que encontro, la que le llevo a encontrarse con personas que se volverian habituales en los viajes que realizo por tan inhospito lugar, en el que sin embargo, encontraba compañia mas que de su agrado alla donde iba.
Pero no meditaba para recolectar sus recuerdos recientes, su mente se hallaba perdida mucho tiempo atrás, en los tiempos de su formación en el Templo, cuando aun era demasiado joven para comprender realmente su destino, o eso es lo que decían, pues unos años mas tarde, la misma duda asaltaba su mente noche tras noche, la que empezó el día de la conversación con uno de sus mentores.
"¿Cual es el secreto del Fuego?", Fue la pregunta que le hicieron, y entonces no supo que responder, optando por quedarse callado por temor a equivocarse, lo que le llevo severos castigos y arduas labores, para ver si comprendia la pregunta.. los años pasaban, y se la repetian una y otra vez,
y una y otra vez el contestaba algo distinto, algo sobre la justica, sobre el calor, sobre la verdad... y todas las veces, recibia un asentimiento,
pero los ojos de sus interlocutores denotaban una insatisfacción con sus respuestas, hasta que poco antes de partir hacia la Isla, en un concilio privado con el sacerdote de su templo, le explico "Halla donde vas, quizás encuentres el secreto del Fuego, solo puedo decirte que la verdad que encontraras sera la que sea cierta en tu corazón, pues siempre respondías, si, y nada se alejaba de la verdad, pero no existía ese fervor detrás en tu voz que realmente entendiese.. pero cuando notes el autentico calor.. lo entenderás."
¿El secreto del Fuego? Menuda pregunta, el lo sabia, tenia actitud, tenia fervor, su capacidad no estaba nunca en duda, Yelmalio lo bendecía con sus dones y el los utilizaba con tanta capacidad como le era posible a un simple iniciado, pero sabia, que esa era la pregunta que hasta que no respondiese, no tendría una verdadera conexión espiritual con los siervos de Yelmalio, por eso por mas que lo intentaba no conseguía contactar con sus sirvientes, pues ni el acceso al Plano espiritual de manera superficial lo conseguía...
Era hora de poner fin a este dilema, y el sabia, mediante la adversidad, todo se vería mucho mas claro, aun tenia el encargo que le solicitaron los pobres porqueros de la ciudad de encontrar una hierba en Nidik, en su peregrinaje, con los acompañantes correctos, tal vez diese respuesta a esa pregunta de una vez por todas.
